PROYECTO 3 / LA TIENDA DE DON TOMÁS
Mónica, nuestra nueva profe que muchos ya conocéis os ha preparado un proyecto increíble que parte con una bonita historia que podéis leer para saber que gran misión os espera...La historia se titula:
LA TIENDA DE DON TOMÁS
LA TIENDA DE DON TOMÁS
Hace tiempo en un lugar que no me acuerdo cómo se llamaba, llegó al pueblo un hombre
misterioso y elegante. Vestido de negro con un traje hecho a medida y un sombrero negro a
juego, que le quedaba estupendamente. La gente lo miraba con admiración y curiosidad...
-Oye Luisa ¿quién es ese señor tan distinguido?
-No sé. Nadie lo había visto antes. Es nuevo en el pueblo.
El señor misterioso alquiló un edificio completo en el centro del pueblo y en la parte del bajo acondicionó el local comercial y puso unos escaparates preciosos. Al día siguiente recibió un cargamento de cinco cajas inmensas que trajo un camión de reparto.
Todo el pueblo asomado estaba al pendiente de todos los movimientos de ese local. En cuestión de horas los escaparates estuvieron totalmente montados y la tienda abrió sus puertas.
¡Era una tienda de sombreros! Miles de sombreros de diferentes tamaños y formas y colores y con muchos adornos y todos hermosos.
Los había con unicornios, con flores, con frutas, con mariposas, con hadas, con gnomos, con dulces, con chocolates con miles de cosas.
Hasta había unos con coches y con lazos negros que nos recordaban a un circuito de carreras, otros tenían un cohete y la luna y los planetas. Todos muy novedosos y al vez espectaculares. La gente no daba crédito a lo que estaba viendo por primera vez.
Al principio la gente pasaba y no se atrevía a entrar a la tienda pero los sombreros eran tan especiales que les resultó imposible pasar de largo y no entrar.
-Buenos días señora, ¿le gustaría probarse uno de los modelos? Preguntó Don Tomás.
-Uuuy! La señora Carmen le contestó ¿No serán muy caros, verdad ? y además son tan preciosos que yo creo que no tendría ningún evento en donde lucirlo.
Don Tomás le explicó que eran unos sombreros muy especiales únicos en el mundo.
-¡Están confeccionados por un equipo de artistas en un taller muy especial y me los surten directamente sólo a mí! Así que sí estoy en este pueblo es que son perfectos para todos los habitantes de este lugar.
Así que doña Carmen escogió un sombrero de playa. Estaba hecho de un material flexible del color de la paja, tenía una estrella de mar color azul celeste y un pedacito de toalla de playa, y unas conchitas y muchas cosas muy bonitas que recordaban a la playa.
Lo más asombroso fue cuando la señora Carmen se lo probó y cerró los ojos, empezó a sentir que realmente estaba en la playa. Que la brisa del mar rozaba su rostro y que el ruido de las olas se escuchaba en sus oídos. Así que abrió los ojos y dejó de sentir todo eso... y sólo vio su reflejo en el espejo y vio que el sombreo la hacía lucir más guapa que nunca y más contenta que nunca.
-¡Me lo llevo! Gritó feliz. Lo pagó y se fue.
El siguiente cliente fue un niño que se iba de campamento y necesitaba una gorra para el sol. Don Tomás lo atendió y el niño escogió una gorra con el aplique de un coche de carreras y una banda negra.
- Pruébatela a ver como te queda, le dijo Don Tomás. -Vete en el espejo a ver si te gusta y luego cierra los ojos a ver como la sientes.
El niño se la probó y le encantó. Cerró los ojos y sintió que estaba en un coche de carreras a toda velocidad, tomando las curvas con seguridad y emoción y que cruzaba la meta como un campeón!
-Oye Luisa ¿quién es ese señor tan distinguido?
-No sé. Nadie lo había visto antes. Es nuevo en el pueblo.
El señor misterioso alquiló un edificio completo en el centro del pueblo y en la parte del bajo acondicionó el local comercial y puso unos escaparates preciosos. Al día siguiente recibió un cargamento de cinco cajas inmensas que trajo un camión de reparto.
Todo el pueblo asomado estaba al pendiente de todos los movimientos de ese local. En cuestión de horas los escaparates estuvieron totalmente montados y la tienda abrió sus puertas.
¡Era una tienda de sombreros! Miles de sombreros de diferentes tamaños y formas y colores y con muchos adornos y todos hermosos.
Los había con unicornios, con flores, con frutas, con mariposas, con hadas, con gnomos, con dulces, con chocolates con miles de cosas.
Hasta había unos con coches y con lazos negros que nos recordaban a un circuito de carreras, otros tenían un cohete y la luna y los planetas. Todos muy novedosos y al vez espectaculares. La gente no daba crédito a lo que estaba viendo por primera vez.
Al principio la gente pasaba y no se atrevía a entrar a la tienda pero los sombreros eran tan especiales que les resultó imposible pasar de largo y no entrar.
-Buenos días señora, ¿le gustaría probarse uno de los modelos? Preguntó Don Tomás.
-Uuuy! La señora Carmen le contestó ¿No serán muy caros, verdad ? y además son tan preciosos que yo creo que no tendría ningún evento en donde lucirlo.
Don Tomás le explicó que eran unos sombreros muy especiales únicos en el mundo.
-¡Están confeccionados por un equipo de artistas en un taller muy especial y me los surten directamente sólo a mí! Así que sí estoy en este pueblo es que son perfectos para todos los habitantes de este lugar.
Así que doña Carmen escogió un sombrero de playa. Estaba hecho de un material flexible del color de la paja, tenía una estrella de mar color azul celeste y un pedacito de toalla de playa, y unas conchitas y muchas cosas muy bonitas que recordaban a la playa.
Lo más asombroso fue cuando la señora Carmen se lo probó y cerró los ojos, empezó a sentir que realmente estaba en la playa. Que la brisa del mar rozaba su rostro y que el ruido de las olas se escuchaba en sus oídos. Así que abrió los ojos y dejó de sentir todo eso... y sólo vio su reflejo en el espejo y vio que el sombreo la hacía lucir más guapa que nunca y más contenta que nunca.
-¡Me lo llevo! Gritó feliz. Lo pagó y se fue.
El siguiente cliente fue un niño que se iba de campamento y necesitaba una gorra para el sol. Don Tomás lo atendió y el niño escogió una gorra con el aplique de un coche de carreras y una banda negra.
- Pruébatela a ver como te queda, le dijo Don Tomás. -Vete en el espejo a ver si te gusta y luego cierra los ojos a ver como la sientes.
El niño se la probó y le encantó. Cerró los ojos y sintió que estaba en un coche de carreras a toda velocidad, tomando las curvas con seguridad y emoción y que cruzaba la meta como un campeón!
¡El niño no podía creer lo bien y lo increíble de esa sensación! Al verlo tan contento, Don Tomás le
dijo -yo creo que esa gorra es perfecta para ti. Escogiste muy bien.
Pronto se corrió la voz de los sombreros mágicos de Don Tomás y la fila era enorme para ser atendidos y encontrar un sombrero adecuado y que hiciera feliz a cada uno de los clientes según el modelo que más les gustaba...
Claro como es normal en estos casos, la tienda se vació y ahora necesita más sombreros mágicos. El taller de Don Tomás se vio rebasado para fabricar todos los sombreros que necesita ya que la fama de su tienda llegó a oídos de muchas personas de varias partes del mundo que quieren tener la experiencia de ponerse un sombrero maravilloso y sentir una gran felicidad.
Así que Don Tomás puso un anuncio en el periódico para pedir ayuda a todos los talleres creativos del mundo, sobre todo los de los niños que entienden muy bien de imaginación y de libertad de crear cosas nuevas, para hacer los diseños de nuevos modelos de sombreros para su tienda. El anuncio dice esto:
Se necesitan niños, niñas, adolescentes y adultos para fabricar sombreros mágicos de los deseos. Su fabricación es fácil sólo hay que seguir un secreto:
Tu escoges el tema, el color, los materiales, el
tamaño, y la historia de cada sombrero.
Anímate y colabora con el proyecto de llevar sombreros mágicos a más personas. Gracias por tu valiosa colaboración. Don Tomás.
Don Tomás sabe que en estos tiempos de extrema demanda de sombreros encantados, cada casa se puede convertir en un taller de diseño de sombreros para surtir su tienda y hacer felices a muchas personas.
Los materiales son los que encuentras en casa, cajas de cereal o galletas recicladas, pedacitos
de periódico, telas, dibujos, lanas, botones, o cualquier cosa que puedas usar en tu diseño. Entre
más reciclado, puede ser mucho más interesante así que por los materiales no te preocupes
tanto, todo sirve.




Pronto se corrió la voz de los sombreros mágicos de Don Tomás y la fila era enorme para ser atendidos y encontrar un sombrero adecuado y que hiciera feliz a cada uno de los clientes según el modelo que más les gustaba...
Claro como es normal en estos casos, la tienda se vació y ahora necesita más sombreros mágicos. El taller de Don Tomás se vio rebasado para fabricar todos los sombreros que necesita ya que la fama de su tienda llegó a oídos de muchas personas de varias partes del mundo que quieren tener la experiencia de ponerse un sombrero maravilloso y sentir una gran felicidad.
Así que Don Tomás puso un anuncio en el periódico para pedir ayuda a todos los talleres creativos del mundo, sobre todo los de los niños que entienden muy bien de imaginación y de libertad de crear cosas nuevas, para hacer los diseños de nuevos modelos de sombreros para su tienda. El anuncio dice esto:
Se necesitan niños, niñas, adolescentes y adultos para fabricar sombreros mágicos de los deseos. Su fabricación es fácil sólo hay que seguir un secreto:
HAZ EL SOMBRERO QUE A
TI TE HAGA FELIZ
Anímate y colabora con el proyecto de llevar sombreros mágicos a más personas. Gracias por tu valiosa colaboración. Don Tomás.
Don Tomás sabe que en estos tiempos de extrema demanda de sombreros encantados, cada casa se puede convertir en un taller de diseño de sombreros para surtir su tienda y hacer felices a muchas personas.
¿Te animas a ayudar a llenar el mundo con sombreros de ilusión?
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